Flash Note
Actualización de renta fija
Preparados para la nueva ola
- Publicado
-
Longitud
2 minuto(s) de lectura
Si bien el cierre de las actividades ha debilitado más que nunca la recuperación, tanto los bancos centrales como los Gobiernos están brindando un apoyo sin precedentes, tal y como confirmó Christine Lagarde durante la reunión de política monetaria del BCE la semana pasada. Además, podría aprobarse una vacuna en los próximos meses, lo que daría pie a un aumento de las previsiones de inflación y a sorpresas positivas en el plano económico. Las medidas de confinamiento más estricto implementadas recientemente en los países occidentales no ejercen un efecto significativo en nuestra hipótesis principal, que contempla la producción y distribución de una vacuna en el segundo semestre de 2021.
De cara a capear este contexto de «tipos más bajos durante más tiempo», nuestras estrategias de renta fija aplican una «estrategia Barbell», equilibrando una asignación principal basada en sólidas convicciones a determinados títulos de deuda corporativa, deuda financiera subordinada europea y deuda pública (países no core europeos y emergentes) con un nivel de efectivo y equivalentes de efectivo más elevado, una duración larga hacia los rendimientos de la deuda pública core y una gestión activa de las coberturas y el efectivo.
ESTADOS UNIDOS
Se espera que la Reserva Federal apuntale la recuperación y evite cualquier endurecimiento injustificado de las condiciones financieras. El sesgo ligeramente largo en las posiciones en duración en EE. UU. ayuda a las carteras de renta fija en caso de que se produzca un contexto de aversión al riesgo derivado, por ejemplo, del virus/la vacuna, de la evolución del crecimiento, de un resultado ajustado de las elecciones —a pesar de que los mercados parecen haber descontado en gran medida una amplia victoria de los demócratas, pero las encuestas y las casas de apuestas se han equivocado en el pasado y sigue existiendo la posibilidad de surjan disputas en torno a los resultados—.
ZONA EURO
En la zona euro, las valoraciones fomentan un potencial de caída limitado en los rendimientos que exigiría mayores recortes de tipos, algo que parece poco probable a corto plazo. La intervención acomodaticia de Lagarde la semana pasada confirmó que el BCE debería intervenir en diciembre, probablemente a través de una extensión del Programa de Compra de Emergencia Pandémica (PEPP, por sus siglas en inglés) o de ampliaciones en los programas de financiación a plazo más largo (TLTRO, por sus siglas en inglés), lo que debería beneficiar a las estrategias de carry y fomentar una posible compresión de los diferenciales en la deuda pública no core y la deuda corporativa.
PAÍSES DEL G10
En los países del G10, Australia parece especialmente interesante en el plano de la deuda pública. Podríamos asistir a una mayor flexibilización en adelante, a pesar de que el Banco de la Reserva de Australia (RBA) recortó los tipos y anunció un programa de relajación cuantitativa (QE) de 100.000 millones de dólares australianos en fechas recientes. De cara al futuro, la política presupuestaria debería ser más expansiva, lo que exigiría que el RBA reforzase sus políticas monetarias no convencionales para absorber la mayor emisión de deuda prevista y depreciar la moneda.
MERCADOS EMERGENTES
En este momento, mantenemos una postura prudente en los mercados emergentes, en vista del descenso de los flujos de capitales y las exportaciones. No obstante, desde el punto de vista macroeconómico, nuestro equipo está monitorizando con atención la situación, dado que la depreciación del dólar estadounidense podría dar lugar a un contexto más positivo para los mercados emergentes. Aunque el conjunto de la clase de activos de deuda emergente no presenta un perfil de riego/remuneración muy interesante, algunos países representan una oportunidad para seguir generando rentabilidades más elevadas, como China, dado que la lenta recuperación del mercado laboral y la importancia del sector servicios sugieren que el Banco Popular de China (PBoC) debería mantener una política acomodaticia durante algún tiempo. En cuanto a las valoraciones, los diferenciales chinos a 5 años frente a los mercados desarrollados están cerca de marcar máximos históricos, en casi el +3 % (fuente: Bloomberg, índice W2G1).